Botiquín para cuidar nuestra salud mental

La realidad que vivimos pone en evidencia la fragilidad de nuestra salud mental. Una mirada al papel de diversos actores puede resultar relevante.

Por Juliana Cifra M.

Volátil, incierto, complejo y ambiguo (Vica); frágil, ansioso, no lineal e incomprensible (Fani). Así explican algunos investigadores el mundo que habitamos y lo que generan las transformaciones en los seres humanos. Justamente, porque la descripción es precisa no resulta extraño que se hable de crisis. De hecho, el académico Otto Scharmer, afirma que vivimos tres grandes crisis como sociedad, una ecológica, es decir, del hombre contra la naturaleza; una social, en la que nos enfrentamos con el otro y una tercera, de carácter espiritual, en la que nos confrontamos a nosotros mismos.

En este escenario no resulta raro que se afecte nuestra salud mental. De hecho, según las estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud, cerca de 520 millones de personas en el mundo sufren depresión y ansiedad; 12,5 % de los problemas de salud tienen que ver con salud mental (cifra superior al cáncer o la enfermedad cardiovascular), y alrededor de 800.000 personas cometen suicidio al año (la segunda causa de muerte en adultos jóvenes).

La salud mental dejó de ser un tema accesorio y se convirtió en prioridad y en responsabilidad de todos. La disposición al cuidado individual y a la prevención son fundamentales.

Primeros auxilios

No al pesimismo

Estamos en uno de los mejores momentos de la humanidad: hay mucha mayor conciencia sobre la necesidad de mejorar en aspectos como violencia, alfabetismo, educación y protección del planeta.

Alimentar la mente y el espíritu positivamente

Así como tenemos que cuidar el cuerpo debemos hacerlo con la mente, alimentándola con emociones, sensaciones, pensamientosy conversaciones nutritivas, sanas y positivas.

Lecturas que nutran el alma

No hay una mejor que otra, basta con elegir aquellas con las que nos sintamos a gusto.

Extender los buenos hábitos

Parten del individuo y de la familia y se pueden expandir a la empresa, a la universidad, al entorno. Personas compasivas y saludables, generan familias, empresas, ciudades y gobiernos compasivos y saludables.

Incorporar buenas prácticas

Sea meditación, yoga, mindfulness, rezar o aquello que funcione para que cada individuo se pare frente a la vida, no como una víctima sino como protagonista proactivo de la propia realidad.

Cuidar los pensamientos

“Los pensamientos son las semillas que siembras en el jardín de tu mente”, dice el budismo. Si la alimentamos con personas tóxicas, pensamientos y noticias negativas, eso es lo que vamos a vivir.

Conocerse a sí mismo

Es necesario aprender a leer las emociones para lidiar efectivamente con ellas y entender qué pasa adentro.

Asumir la responsabilidad y la propia vida

Hay que apropiarse de la frase “creo, permito y promuevo todo lo que sucede en mi vida”, teniendo claro que las elecciones afectan la familia Alimentar y el entorno.

Mayor nivel de conciencia y mejores elecciones

Comer por hambre no por hábito, evitar peleas o rabias sin sentido ni beneficio, enfrentar las emociones positiva y constructivamente; permitirse cometer errores, mejorar y evolucionar.

Papel de cada entidad

Estado

Garantizar el derecho a la salud. Brindar estrategias de educación, soporte y facilidad de acceso a ayuda profesional en el caso de enfermedad mental o problemas emocionales.

Escuelas y universidades

Promover un mayor nivel de conciencia en sus estudiantes, brindar espacios compasivos y saludables que permitan el desarrollo personal, dar soporte cuando sea necesario y promover hábitos saludables para el cuidado emocional y mental.

Empresas

Un ambiente emocionalmente tóxico daña a los empleados y propicia ansiedad, depresión, descontento, rabia, entre otros estados. Una empresa compasiva y sana promueve individuos compasivos y sanos.

*Este artículo se construyó con el aporte de Gabriel Mesa Nicholls, director del área académica de Ciencias del Cuidado y de la Vida de EAFIT.

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.